Hace una semana, autoridades regionales, privados y personeros locales celebraban uno de los hitos importantes de avance del proyecto Embalse Ancoa: el desvío de aguas hacia el túnel, que permitirá construir el muro para retener el recurso hídrico.
La felicidad de algunos, se transformó una semana después, en tristeza para 210 trabajadores. Fueron finiquitados, justo horas antes de Año Nuevo. Una novedad que les cayó como balde de agua fría, por la incertidumbre que para muchos significa perder la fuente laboral. La Inspección del Trabajo, actuó como ministro de fe en este proceso que se realizó durante las últimas horas en la Gobernación de Linares, ratificando la legalidad de los despidos.
La noticia causó impacto entre los obreros despedidos, pues se trata de faenas calificadas, en un proyecto como el Embalse Ancoa que se suponía, fuente laboral para miles de trabajadores. Habrá que observar si a partir de enero de 2010, se cumplirán los anticipos dados a conocer en la última visita de autoridades, donde se proyectaba la contratación de 300 personas más, para llegar a una cifra total de más de mil trabajadores.
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