Indignación es la palabra que resume los severos reclamos por la atención en el Departamento Social del municipio de Linares, que dieron a conocer vecinos del sector Nuevo Amanecer.
El caso más patético lo constituye el de María Eugenia Norambuena. Esta dueña de casa que aporta el único ingreso familiar, poco más de 40 mil pesos, perdió su vivienda, desplomada tras el terremoto del 27 de febrero, ubicada en calle Brasil número 99. Su grupo familia, conformado por 6 personas, arrienda por 35 mil pesos un lugar en calle El Rosario. Quedó viuda recién el pasado jueves 25 de marzo y al concurrir junto a dirigentes vecinales para solicitar respaldo al municipio, se encontró con que la única colaboración consistió en una “canasta” conformada por escasos elementos.
La dirigente vecinal Gladys González, fue testigo de los hechos. Agregó que el problema estaría radicado en los mandos medios del departamento social.
El incidente ya lo hicieron saber mediante carta formal al alcalde de Linares, Rolando Rentería, y basta recordar que hace poco, las bodegas de la corporación edilicia lucían bastante nutridas en alimentos y enseres, como para suponer que es mucho más lo que puede direccionar a favor de personas de escasos recursos. Se espera una respuesta del departamento social para nuestras próximas ediciones.
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