La última visita del candidato presidencial independiente a Linares, Marco Enríquez-Ominami, no sólo dejó críticas de parte de los gremios a la escasa profundidad de las propuestas hacia el mundo agrícola del ex-socialista, sino que también la división que a escala local se vive en el PS. Dirigentes y personeros emblemáticos de la colectividad, como el ex consejero regional Pedro Sepúlveda, exteriorizaron públicamente su respaldo a Enríquez-Ominami, en desmedro de Eduardo Frei, abanderado oficial de la Concertación, y hacia el senador Jaime Naranjo, al cual no respaldarán en la próxima campaña parlamentaria.
El proceso de división en el Partido Socialista, de esta forma, se generaliza en todo el país. Se trata de las facciones descontentas, según se autodefinen, con el caudillismo de personeros de Concertación que acomodan a la misma gente en cargos de representación de servicios públicos, de la “silla musical” de las reparticiones de gobierno.
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